miércoles, 28 de julio de 2010

Elogio del extremismo


En la vida hay que radicalizarse. El punto medio es una estafa. O una mediocridad. Radicalizarse. Agua fría o caliente. Jamás tibia. Son pocos y breves los años como para malgastarlos en una existencia resignada, seca, obediente, oficinista. En la vida hay que desobedecer. No digo actuar irresponsablemente. Al contrario. Una persona responsable y atenta debe conocer el árbol por sus raíces más profundas y por las hojas más altas y lejanas. Elijo la subversión de ideas, pasiones y costumbres. Y si existiera una cosa llamada epitafio me gustaría leer, en el mío, algo habrá hecho.
L.

2 comentarios:

  1. No cualquiera sabe desobedecer. El que desobedece a todo es un pobre rebelde sin causa. El que sabe desobedecer no desobedece a todo sino a aquello que debe ser desobedecido.

    PD. Estoy de acuerdo con lo de las tetas.

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  2. Al radicalizarnos perdemos los matices o las pequeñeces que sustentan las grandes posturas.
    Así al descomponer la luz se descubren en el espectro 7 colores que no vemos a simple vista. De habernos guiado sólo por luz o sombra se hubieran perdido los matices de las pinturas de Rembrandt o los crepúsculos de Monet.
    Graciela B

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