miércoles, 21 de julio de 2010

Hacer el amor no es fácil


Leyendo un extenso cuento de Abelardo Castillo (La fornicación es un pájaro lúgubre) encontré una especie de pequeño tratado sobre la expresión hacer el amor. Se dice ahí que mientras somos chicos eso significa básicamente cortejar. Pero que luego la frase alude brutalmente al hecho de acostarse con una mujer. Con el tiempo decimos coger, fifar, copular, encamarse, agarrar, transar, culear y muchas otras expresiones que cambian según la edad y los hábitos de quien las dice. Llegando al final Castillo dice que hacer el amor es armarlo, levantarlo piedra sobre piedra, arco a arco, columna a columna, y dejarlo instalado sobre el mundo como si se tratara de un nuevo desafío a la autoridad divina. El amor (visto como bien sagrado) ya no puede hacerse en unas pocas horas. Ni siquiera en semanas. A veces se demora años. Hay millones de hombres y mujeres que mueren sin saber de qué se trata. Hacer el amor (concluye el escritor argentino) es robarle la mujer a Dios.
L.

2 comentarios:

  1. Esta visión espiritual del amor físico es la que más me interesa. Porque rescata algo sin lo cual lo físico muere en sí mismo y después, claro, después no queda nada.
    Claudia

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  2. sin entrar en cuestiones de género y disfrutando mientras sigo este post me pregunto: la mujer hace el amor ,qué le roba entonces a Dios?
    al hijo?
    Maria Rosa

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