jueves, 15 de julio de 2010

Durmiendo con el periodismo


Un día habitual del hombre moderno no contiene nada que pueda traducirse en acontecimiento. Ni la lectura del diario (rica en noticias que nos contemplan desde una remota lejanía), ni los diálogos anodinos por msn, ni los mensajes instantáneos, ni un viaje en colectivo, ni siquiera los secos disparos de un revolver retumbando en callejones de extramuros. Regresamos a casa extenuados luego de haber vivido un fárrago de sucesos –divertidos o tediosos, atroces o placenteros- sin que ninguno de ellos se haya convertido, no ya en experimento o práctica, sino en algo que se inscriba en el orden de la pasión. Hasta la vida en tiempo real del periodismo se convierte en realidad virtual. El río informativo termina siendo agobiante y la información genera un remolino de hechos ruidosos y fugaces ante los cuales perdemos capacidad analítica. Esto contribuye a desdibujar la idea de presente a cambio de una sensación errática de satisfacción inmediata. Pero eso dura poco. Y la felicidad (ya lo sabemos) nunca hizo feliz a nadie.
L.

3 comentarios:

  1. por eso apuesto a otro periodismo, más reflexivo y responsable. y a una vida distinta donde vivamos experiencias reales y donde los días no pasen como camellos sonámbulos.
    lèo

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  2. La perdida de capacidad analítica no es culpa del periodismo, es de quienes buscan que no tengamos contexto de lo que nos venden, de quienes manejan nuestras prioridades. El margen(es) del periodismo ya están dados hace tiempo, falta quienes los corran y aprieten continuamente. Entrar en la perversidad de decirle a alguien quien es importante por un sueldo miserable, pero no quitar las herramientas que permitan saber que no es ninguna objetividad, que el psicópata lleva firma.

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  3. Los medios construyen una realidad, la televisión muestra un mapa fragmentado a gusto del director del canal o multimedio.
    Talvez la ley de medios abra un poco el juego.
    La comunicación y "los medios" son una herramienta de poder tan importante como la policía o la educación y eso los gobiernos lo saben muy bien, los que pueden leer entrelineas otros no, “se la creen”, algunos viven la realidad que los golpea y acuden a los medios para pedir ayuda.
    La diversidad va a estar buena.
    Habría que ver el grado de compromiso del periodismo con esa realidad real que vivimos. A veces la guita corrompe y hay algunos periodistas bien “fachos”.
    Muy bueno el título
    E

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