miércoles, 21 de julio de 2010

¿Es real el mundo real?


Por todas partes veo una obsesión casi enfermiza por la realidad. En los talleres literarios que tengo a mi cargo ese punto es crítico. Hay una desesperante sed de hechos cantantes y sonantes. Nadie o casi nadie quiere saber de la escritura de ficción. Interesan en cambio las historias llamadas reales o, peor, verídicas. ¿Pero qué historia es verídica y real? Y en el caso de que lo fuera, ¿cómo puedo estar tan seguro? Lo más triste es que todo lo que se relaciona con imaginacion, creación, sueños, fantasías (también las eróticas) y turbulencias del mundo es arrojado al desván de lo inútil y lo viejo. Si seguimos así lo único cierto y aceptable será un lavarropas o un local de McDonad's. Pero no me resigno. Seguiré hablando en mis talleres de la creación y la magia como un objetivo central a alcanzar en el arte y en la vida. El poeta es un pequeño dios, decía Rilke. Y lo poético no debería asustar a nadie. Además, al margen del sueño y de las brujas, resulta imposible articular una sola palabra que no sea espejo o símbolo del mundo real. Pero aún esa palabra cierta se derrama peligrosamente en las orillas. Y el espejo (cuidado) tiembla.
L.

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