miércoles, 28 de julio de 2010

Por costumbre


Aquí encierran a putas y locas, dice la mujer de blanco. De aquí no sale nadie, ordena y se pinta las uñas y quiere que trague esa porquería que con rima insoportable llaman leche con pan y tinieblas de azafrán. Vómito de perro. No hace muchas horas me ataron al molino del hospicio. Lo hacen por costumbre. Esto es un asco, le digo a la mujer de blanco. Esta mañana me ataron a un molino. Ella huele como los árboles después de la lluvia, decía M cuando el mundo no era inmundo y la vida no era eso en que se convirtió. Ahora huelo como los troncos mojados donde permanezco atada en las mañanas. Puta y loca, dice la mujer de blanco. El viento y el río se abrazan como dos borrachos que vuelven de la feria. Los árboles huelen a incienso. Los que aún viven morirán arrepentidos de no haber enloquecido al menos una vez, o creado una frase hermosa, una luz, un desafío y la canción de los ángeles caídos, puta y loca, remacha la mujer de blanco y me arroja a la cara esa porquería que, con rima insoportable, llaman leche con pan y tinieblas de azafrán.
L.

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