El filósofo estadounidense William James dijo que un cangrejo se sentiría ultrajado si supiese que lo llamamos crustáceo o incluso cangrejo. Yo no soy tal cosa, diría. Yo soy yo y nada más que yo. No soy lo que ustedes piensan. Ni siquiera tengo nombre. De esa manera tan simple nos enseñaría el valor de la singularidad sobre la generalidad. Y una cosa más. Que clasificar no es entender.
L.
Nombrar es un intento de dominar. En el génesis, Dios representó el poder del hombre sobre las demás especies al permitir que éste les diera un nombre. Pero ese poder es sólo aparente. Los animales, en su silencio, permanecen (y permanecerán) ajenos a la incomprensión de los seres humanos.
ResponderEliminarGabriela Cárdenas.