Creo que dejé abierta la canilla del baño. Pero no. En tal caso sentiría el plic plic de las gotas. Ya pasó otras veces. El ruido que se oye es diferente. Por momentos pareciera que son pies descalzos. O una mano que corriera las cortinas. Puede ser una rata circulando por el techo. O las uñas del gato en la madera. Suele frotarlas contra los escalones o la mesa. No distingo bien. Ni siquiera puedo saber si estoy soñando o qué. Pero algo hace ruido en algún lado. De eso estoy seguro. Recién miré por el balcón y en la calle hay silencio. Tengo que prestar atención. Lo que suena es otra cosa. No debo hacer caso. Quizás me esté por engripar y se trate apenas de un delirio febril. Voy a revisar la casa. Debe estar abierta la canilla del baño. Sin darme cuenta pasaron los años y me olvidé de cerrarla.
L.
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