Lo común es lo más raro. Un viaje en colectivo por ejemplo. En el extremo del asiento de atrás una chica no deja de comer galletitas. Con su mano de uñas recién pintadas extrae de la mochila una, dos, tres, casi diez. Mueve la boca sensualmente. Cada mordida parece una ceremonia sexual. Junto a ella otra joven pelea con el novio por celular. Pedazo de pelotudo, le dice. No quiero verte más. Todos escuchan sin ver. Todos ven sin escuchar. Un anciano trata de leer un libro escrito en letras diminutas. Yo me ahogo y ruego para que alguien abra una ventanilla. Lo hace (tarde) la chica de las galletitas. Pero se arrepiente y vuelve a clausurar la única entrada de oxígeno. La que peleó con el novio se arregla el pelo tan lacio. El resto de los pasajeros se concentra en pantallas, auriculares, cables, teclas sonoras. Yo miro las uñas recién pintadas de la chica sentada en el extremo del asiento de atrás. Me pregunto por qué habrá elegido un rojo tan furioso. Si una mujer se pinta busca guerra. En el 132 no hay batallas importantes por ahora. Pero algo se está gestando. Lo común es lo más raro. Un viaje en colectivo es buen ejemplo.
L.
Nada -visto de cerca- resulta simple. Las cosas miradas con detenimiento revelan aristas inesperadas. Lástima que poco a poco nos vayamos desconectando de esa rareza.
ResponderEliminarBuen post.
D.
Eso iba a escribir: depende de cómo se mire algo resulta raro o no. Igual no sé si ver raro algo o a alguien es lo recomendable, quizás sí tratar de no dejar que la mirada sea siempre igual.
ResponderEliminarAmaranta
Que seria algo comun? lo normal? que es normal?
ResponderEliminarPor suerte, todo tiene su rareza, su mundo oculto, incomprensible, aquel que nunca entenderemos o del que nunca nos enteraremos, esa cosa interesante que se encuentra en todos lados pero andie parece ver.
O.