Una lectora de este blog dice que para ella somos una religión. Otra dice que Suspendelviaje la enferma. Una tercera siente que hablamos para ella en voz baja. Mujeres en su mayoría. Mujeres en estado de grieta como el mundo. También como los hombres aunque se crean valientes y lejanos. Miguel -desde el puerto patagónico de San Julián- dice que somos peores que el viento de allá. Pero está siempre ahí echando leña al hielo. Como Claudia. Como Diego. Como Carlos. También como Graciela (lúcida y equilibrada), la peleadora Jezabel, Angie, Fernando, Jéssica, la secreta Maricel. Tendremos que fundar entonces la nueva religión que dicen que somos. Nuestros dioses serán invisibles. La biblia será un post. Las iglesias se instalarán en el alma y los genitales de cada lector. Esperanza ninguna. Pesimismo en la idea. Optimismo en el blog.
L.