martes, 27 de abril de 2010

Contra las generalizaciones


Suelo criticar a los que dicen que pasaron el verano en “la costa” porque no pueden pronunciar palabras como San Bernardo, Mar del Plata o Las Grutas. Otros escriben Norte Argentino (con mayúsculas en la ene y en la a) porque les cuesta acotar y decir simplemente Salta, Jujuy o Tucumán. En teoría rechazo las generalizaciones y defiendo la singularidad de las cosas. Pero al releer textos míos en este blog descubro que adolezco del mismo mal que tanto señalo. Me la paso demonizando a “la mayoría de la gente” o digo “casi todos los que me rodean” o hablo de “mis alumnos” como si se tratara de un único ser con iguales características. Intentaré en lo posible modificar eso mismo que critico tanto en los demás. No hay “la gente” ni "la mayoría" sino una mujer, un hombre, un niño, un día, un gato. Cada ser es único y encierra un misterio indescifrable.
L.

4 comentarios:

  1. Es demasiado Luis, hay algo común en tus alumnos o en la mayoría. Generalizar es un recurso ineludible a la hora de nombrar al mundo. Lo importante es conocer que detrás del nombre, existen infinitas peculiaridades. Uno puede buscar el misterio hasta en el relato más bajito. Si no vas a generalizar, olvidate de hablar de las mujeres, de los hombres, del amor.

    No renuncies al recurso que te da tu intelecto, no renuncies al concepto (que es pura generalización)

    Además, tendrías que dar demasiados nombres propios. Eso puede ser peligroso.

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  2. Quizá el generalizar no está mal, a menos que se trate de algo mágico.

    Nada es totalmente malo ni increíblemente bueno.

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  3. Totalmente de acuerdo, Maestro. Aquí se dice viento, y no saben diferenciar. Existen varios tipos: viento cálido, leve, frío, temporal de viento y viento de mierda. Por citar algunos.

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  4. Si, yo también sufro de lo mismo. Lo que pasa es que en ciertos casos, es imposible no generalizar. Cuando uno habla del estado del planeta, como no culpar a la raza humana entera!? O del egoísmo inherente al ser humano, sentimientos oscuros que vienen de fabrica en todos nosotros, pero que algunos aprender a detectarlos en el momento y manejarlos al entenderse a si mismos. Intento cambiarlo, pero a veces es simplemente complicado.

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