domingo, 11 de abril de 2010
Esta mujer me duele en todo el cuerpo
Después de haber comido anoche un plato lleno de Lila Downs, Andrea y yo enfermamos gravemente. La cantante mexicana logró que entendiéramos por fin lo que nos falta para ser felices. Pronto nos crecieron hiedras multicolores alrededor del cuello y flores zapotecas en los pies. No fueron esos los únicos efectos visibles. Andrea se puso a bailar ritmos ancestrales en las calles vacías de San Telmo y yo empecé a hablar solo en la antigua lengua de los mayas. Decía las palabras más sucias del mercado como si nadie me estuviera oyendo. Se desencadenó luego una fuerte lluvia de meteoritos en toda la ciudad. Durante la noche Andrea soñó con una puerta de Oaxaca y yo tuve una videncia que no voy a revelar. Quedan todos advertidos. Lila Downs es un arma peligrosa. Basta detonarla suavemente para saber lo que nos falta para ser felices.
L.
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Este post es un cortometraje lleno de imagen y color.
ResponderEliminarVera, desde Tijuana, México.