También el orgasmo es un cazador solitario. Quien lo experimentó lo sabe. La intención mutua busca y rebusca la polifonía. Cuenta para ello con los instrumentos adecuados, el soporte ideal, el escenario perfecto. El estallido final (sin embargo) raramente es simultáneo. El frecuente desajuste no debería afectar a los protagonistas. Un solo a dos voces no es menos bello que un coro polifónico. La pareja no existe. El amor tampoco. La fusión total es por completo ilusoria. Pero aún en medio de tantas negaciones el acto amoroso es indiscutible como tal. Y el instante -que es todos los instantes- compone una doble afirmación de placer y de agonía. Hay por lo menos dos cantantes en escena. Pero el orgasmo canta solo.
L.
L.
El amor y la pareja existen. Pero en un punto estoy de acuerdo. Lo que llamamos amor es una forma de soledad compartida. Y lo que llamamos pareja es en los hechos un divino diálogo de sordos. El orgasmo sería la metáfora ideal y fugaz del gran desajuste que se genera entre dos personas. Buen post.
ResponderEliminarMika
¿Vio Maestro que ahora también el orgasmo se busca en Coro, Orquesta, Sinfónica de muchos violines?
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