Un conocido ensayo de Sigmund Freud (Hacia una degradación general de la escritura) sostiene que para poder escribir novelas, cuentos, mails y poemas el futuro autor debe empezar por degradar su oficio. No creérselo del todo. No pensar que el arte es cosa de gente importante como la que sale entrevistada en los suplementos culturales. Idealizar la escritura es fatal. Endiosar a los autores de moda también. En literatura no hay nada escrito, dice el guatemalteco Augusto Monterroso. El planteo es interesante en sí mismo y también aplicado a otros ámbitos de la vida. Sin ir más lejos al sexo. Quien se proponga practicarlo como se debe tendrá que degradarlo en parte. No respetarlo tanto. Dejarlo al menos en ropa interior. Considerado como hábito cotidiano y no como acto sagrado el coito podrá entonces realizarse. Visto en cambio como una suerte de iluminación mística el deseo no llegará a la cama. Y de esto último (justamente) se trata el insustituible acto de coger.
L.
L.
Cuando dejé de endiosar a ciertos tipos me descubrí teniendo el verdadero sexo
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