Por delicadeza perdí mi vida, dijo Arthur Rimbaud. El autor francés vivió 37 años, fundó la poesía moderna cuando apenas había cumplido 19, revolucionó el universo de las letras con su libro Una temporada en el infierno, se desnudó, se rebeló, de pronto dejó de escribir y encaró el tráfico de armas para finalmente morir de cáncer en la rodilla. Rimbaud (en resumen) no perdió la vida por delicadeza. Al contrario. Probó todo hasta casi atragantarse. Conviene seguir su ejemplo aún pagando el alto precio correspondiente. Algunos hombres (se quejan las mujeres) son a veces muy delicados con ellas. No conviene perder la vida con un romanticismo de opereta. No conviene ignorar el sabio consejo de Arthur Rimbaud. Demasiado respeto -en determinados casos- es una falta de respeto.
L.
L.
creo que me falta la audacia de rimbaud para actuar como debiera en muchas cosas de mi vida. soy demasiado delicada, como dice el texto. y eso (lo sé por experiencia) no funciona. tendré que probar otra cosa. gracias por el post.
ResponderEliminareliana
María Elena Walsh toma esta frase en una canción suya y le agrega "si por delicadeza perdí mi vida, quiero ganar la tuya por decidida".
ResponderEliminarEn eso estamos...
beso Luis,
La delicadeza se convierte en frustración. En amargura. En un punzante y permanente "que hubiera pasado si..."
ResponderEliminarLos delicados viven de ucronías.
Los que actúan ni tiempo tienen para arrepentirse.
Laura Pozzo
Leer poema de Gelman llamado "explicaçao"
ResponderEliminaro quedamos como la Tía Ganga de Les Luthiers que " tuvo que irse de la tribu porque la respetaban mucho".
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