miércoles, 28 de abril de 2010

Confiar en la espera


Suele verse a la espera como una actitud pasiva, fuera de moda e inútil. Blogs extremistas como éste alimentan con frecuencia ese prejuicio inconsistente. Lo contrario y aconsejable sería actuar ya, cambiar de vida, conectarse con el deseo y un montón de cosas más. Bien mirada (sin embargo) la espera está repleta de acción. Se menciona el caso típico de la mujer que aguarda un llamado telefónico. ¿Me llamará? ¿No lo hará? Pero aunque el hombre llame la situación volverá a repetirse. Y después todo volverá a empezar. Penélope teje y desteje sin pausa. Pero en su actitud hay puro trabajo. No es poco trenzar lana con agujas. O pensar mirando el horizonte como la loca de San Blas. La espera es una apuesta a algo. Es (también) un viaje con velas desplegadas. No habría que negarla. Al contrario. Hay que confiar en la espera hasta el final.
L.

3 comentarios:

  1. Así es. El que esperar desespera. Y la desesperación es una señal de vida activa y sensible.
    M.

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  2. ¿Confiar en la espera o en la esperanza?

    ¿Cuál es la diferencia?

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  3. Yo diría confiar en la espera para/y no desesperar. La palabra clave es "confiar". Hoy tuve una señal de cuánto vale la pena eso. Gracias Luis.
    Maricel

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