Nadie ya lee poesía. O muy pocos lo hacen. Algunos idealizan ese mundo. Lo consideran apenas como el perfume de las musas. Nunca lo ven como se mira la orilla de un mar o el cuerpo desnudo de una mujer. El otro día (en plena clase) me propuse leer algunos poemas a mis alumnos. Antes de hacerlo se me ocurrió preguntar si alguien entre ellos había leído o leía poesía. Hubo una sola mano levantada. Una entre cuarenta. Algo parecido pasó en las demás aulas. No los estoy criticando. Los entiendo perfectamente. Imposible amar las flores si se vive en el desierto. En las casas no hay un solo libro de poemas. A veces ni siquiera hay bibliotecas. Cuando los chicos y chicas llegan al hogar está prendida la tele con la nueva versión de Bailando por un sueño o con un partido que anticipa el Mundial. En la ciudad sólo hay prótesis electrónicas. Nadie se pregunta ya por nada. Hay algo cierto. Ningún poema calma el hambre o remedia injusticias. Pero la belleza permite sobrevivir a todas las miserias. Admito que la poesía es una enferma grave a la que se le toleran algunos caprichos en espera de su muerte. El capitalismo salvaje trabaja en esa línea. Nos quiere convencer que mejor es consumir y que debemos abandonar todo lo inútil. Pero lo que no es práctico terminará siendo lo práctico. La buena poesía (la de Teillier, la de Pavese, la de Pessoa o Vallejo) nos lleva al tiempo de lo que no ha sido. O al de lo que podría ser. Prefiero decir con Eluard que toda caricia y toda confianza se sobreviven. Y que a cada derrumbe de las pruebas el poeta responderá con una salva por el porvenir.
L.
L.
De nada vale escribir poemas si somos antipoéticos, si la poesía no nos transforma, si vivimos sometidos a los valores convencionales. Ante el no universal del oscuro resentido el poeta responde con su afirmación universal.
ResponderEliminarJorge
Maestro, soy fana de José Pedroni. ¡Que poeta! Dicho por Jorge Cafrune es un canto eterno.
ResponderEliminarAmo la poesìa, soy de la época en que se leían las rimas de Bécquer cuando una estaba enamorada... Amado Nervo, Rubén Darío, después seguí con la poesía pero siempre la de la rima asonante en los versos pares, o los versos alejandrinos.
ResponderEliminarDe grande empecé a leer Miguel Hernández, Carver y otros poetas que no escribían la poesía que uno conoce como poesía. Pero todas ellas embellecen el alma. Gracias a Luis conocí a Teillier y me parece maravilloso.
¿Será que mi padre tiene razón cuando dice que todos buscamos la mierda? Idealizamos la felicidad y la dejamos en manos de un grudé(o cualquier estupidez material). Olvidamos la felicidad de la lucidez, del entendimiento, siempre parcial, de nuestra vida. Sólo buscamos mierda. No queremos poesía.
ResponderEliminarQue se caguen ellos. Yo amo esos fragmentos de luz.
Según Alphaville la película de J.L.Goddard en el "futuro" cada día desaparecerán una o mas palabras y los poetas serán perseguidos como subversivos... Ficción..?
ResponderEliminarManuel*