viernes, 2 de abril de 2010

Amor genital


El verdadero corazón del hombre y la mujer está entre las piernas. La poesía romántica suele ubicarlo un poco más arriba. Lo hace más que nada por pudor o un falso concepto de la delicadeza. Es posible también que el órgano del amor se aloje en el cerebro. Pero al final termina imponiéndose (como debe ser) el amor genital. Es cierto que a costa de voluntad y disciplina la urgencia física puede sublimarse a través del arte. Pero hay un punto donde el ensueño debe dejar paso al órgano específico. Se atribuye a Voltaire una carta amorosa escrita en diciembre de 1745. Te beso mil veces –dice en la sorprendente versión argentina que realizó el psicoanalista Ariel Arango- Mi alma besa la tuya, mi pija, mi corazón están enamorados de ti. Beso tu lindo culo y toda tu persona. La frase puede resultar chocante (sobre todo en Semana Santa) pero no deja de ser auténtica. Nos enseñaron que el erotismo puede insinuarse pero no declararse abiertamente. Aprendimos que no debemos usar malas palabras. Pero (seamos honestos) en ocasiones suelen ser justamente esas las más dignas y efectivas del vocabulario. La necesidad y la verdad (en suma) raramente admiten maquillajes.
L.

4 comentarios:

  1. luis! gracias x la invitación! anduve un rato por acá. me gusto mucho el blog.otro día entro con más tiempo. un abrazo! ce

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  2. Es tal cual.El milagro se produce cuando coinciden los amores genitales,románticos y cerebrales ,en una misma persona a un mismo tiempo y reciprocamente.Hablando de milagros,me parece muy acertado este post para las pascuas.
    saludos
    MR G

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  3. Siempre me gustó Voltaire, como Sade, nunca tuvieron temor en decir nada. La primer frase es tan cierta como la última. Y me pasa lo mismo que a voltaire...
    Besos!

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