sábado, 24 de abril de 2010

La vida se impone


Todos mis intentos de suicidio se frustraron por tonterías. Me siento un idiota de solo pensarlo. El primero de ellos (el año pasado) había sido perfectamente planificado. La soga estaba ya colgada en una viga del techo (el nudo corredizo funcionaba), estaban la silla y la carta dirigida al señor juez tal como observé en buenas películas del género. Cuando estaba colgado y mi cuerpo oscilaba de lado a lado como la aguja de un metrónomo vi (desde la altura) una montaña de platos y vasos y ollas y cubiertos sin lavar en la cocina. Pensé que no sería bueno ganarme fama de suicida mugriento. Me quité el lazo entonces y me puse a lavar todo hasta dejar el lugar impecable. Trabajé tanto que me olvidé de la soga y demás implementos. Al mes siguiente intenté arrojarme desde el piso doce de un edificio pero justo en ese momento recibí un llamado por celular (que siempre está apagado y raramente suena) para recordarme que debía dictar un curso literario esa noche. Íbamos a analizar Los suicidas, una excelente novela de Antonio Di Benedetto. Debí cumplir con la demanda. El tercer intento se frustró porque mezclé cianuro con jugo de lulo (una fruta colombiana) y parece que esa unión es especialmente estimulante y curativa. No funcionó. Peor. Me sentí mejor que nunca. Y así con pasó con los demás intentos. En uno de ellos (cuando estaba dispuesto a arrojarme desde la terraza) vino Andrea y me propuso fuéramos a leer a la cama y no sólo a leer. Le dije que pensaba matarme y ella se puso a cantar vallenatos y se armó una confusión tremenda que terminó en una situación indescriptible. Clases, platos, amores, llamados, cantos, libros sin leer. Las cosas conspiran contra mis planes de autodestrucción. La puta vida se abre de piernas para mí una y otra vez. Y se impone.
L.

7 comentarios:

  1. Maestro, siga en esta vida. La otra es puro verso.Además si intentó tres veces y falló no de consejos a los que se quieren suicidar. Se predica con el ejemplo...

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  2. "Como toda fuerza puede también convertirse en una flaqueza (es más, en
    determinadas circunstancias se convierte necesariamente), así puede a la inversa el
    suicida típico hacer a menudo de su aparente debilidad una fuerza y un apoyo, lo hace
    en efecto con extraordinaria frecuencia."

    El lobo estepario, Hermann Hesse

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  3. creo que la vida, al abrirse de piernas, te sedujo. hay demasiada tentacion y es imposible resistir.

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  4. Todos nosotros coqueteamos con la muerte, jugamos a las escondidas y encima muchas veces, hasta le sacamos la lengua.

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  5. Esto esta lindo, Luis escribe una boludez y todos nos enganchamos para darle consejos y opinar boludeces. Faltó Ricardo Fort

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  6. Luisito, yo aún me atrevo a vivir por esa misma razón: La vida me sigue abirendo las piernas... y nada se siente mejor.

    te mando un abrazo.

    Diego S.

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  7. Pobre de vos... jajaja... Cuántos intentos frustrados. Creo que Freud diría que sos un neurótico. Pero somos los más sanos, alegrate.

    Qué linda que es la muerte, digo.. la vida

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