Ayer leí en un diario colombiano (El espectador) que la virginidad femenina está de de moda. Hay hombres que ofrecen dinero a cambio de una chica intacta, debates televisivos retoman el tema y (lo más increíble) cada vez son más las jóvenes que aceptan ser penetradas por atrás (puse atrás para evitar la palabra culo) con tal de mantenerse puras. La “noticia” me llevó a leer algo serio. La conclusión general es que toda mujer es virgen. La idea no debe pensarse en un sentido anatómico sino porque (al parecer) muchas tienen la íntima convicción de que el hombre no ha llegado jamás a penetrar o descubrir algo profundo en ellas. Las mujeres que dicen esto no son anormales sino que gozan de una vida sexualmente plena, con orgasmos y placer. Están satisfechas con sus parejas pero (aún así) no dudan de que existe una parte definitivamente inalcanzable para el varón. Freud solía hablar del continente negro. Se refería a que la sexualidad femenina es un lugar oscuro y de difícil comprensión para el conocimiento. La virginidad psíquica y afectiva está ligada no sólo a aquello que el hombre no ha podido tocar sino que también ella ha querido defender y conservar. El tabú de antaño ya ha sido prácticamente superado. Pero la desfloración (sin embargo) sigue siendo una prueba crucial. Un rito de iniciación. El 80 por ciento de las mujeres admiten que esa primera experiencia sexual no fue satisfactoria. No sólo no sintieron nada sino que, incluso, la pasaron mal, con dolores, soportando una conducta torpe del hombre. Esto es así porque en general el inexperto ignora los tiempos de la femineidad. Desconoce la importancia que tienen la lentitud y el manejo del tiempo en el trato con mujeres. Algunos hombres suponen que "poseen" a la mujer luego de haberla penetrado. Se equivocan. Apenas se les ha permitido dar un paseo muy breve que, al finalizar, es clausurado sin derecho a reclamos. Toda mujer (hasta la más puta) es y será virgen para siempre.
L. (con respaldo teórico de Juan David Nasio).
L. (con respaldo teórico de Juan David Nasio).
Lo que pasa es que nuestro sexo abarca todo. No se limita a la vagina. No somos falocéntricas como ustedes. Entonces sí, como dice el post, nunca llegan a lo más hondo de nosotras. Muy buen post y muy buen blog.
ResponderEliminarVanessa H.
Es cierto, todas somos vírgenes, hay un lugar impenetrable al que el hombre nunca llegará y con suerte llegaremos nosotras mismas.
ResponderEliminarYo afortunadamente ya lo encontré y lo guardo celosamente, una especie de egoismo que me hace superarme y ser auténtica, aún en las peores(mejores)desiciones.
An