viernes, 23 de abril de 2010

Tener sexo


Los escritores (las personas en general) deberían evitar las frases hechas. Cosas como testigo presencial, dijo a los cuatro vientos, reír a carcajadas, buen finde, mi más sentido pésame, llorar sin consuelo, sonrisa de oreja a oreja, llovió a cántaros, lo que mata es la humedad, cuidate. En la escritura y en la vida es mejor mostrar y no decir. Aprender por ejemplo a contar (describir) con palabras de este mundo cómo se las arregla una pareja para hacer el amor (expresión carente de sentido) y dejar de lado convenciones modernas del tipo tener sexo o buena química. Despegarse (en fin) del discurso ajeno y construir el propio aunque duela. Cuesta el doble de trabajo pero hay un gran premio al final. En vez de frases hechas propongo a todos manejarse (a partir de ahora) con frases desechas.
L.

4 comentarios:

  1. Genial Maestro, dejó hilachas de las frases hechas. Que cada uno invente sus propias palabras...

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  2. Y para los que persistan en lo convencional, lo establecido les dejo un consejo: no persistan en la absurdes ( sostener lo absurdo con tozudes)

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  3. las frases hechas son aburridas.me siento un perro cuando las oigo,porque ellos,aprendí en este blog,también se aburren.Lo que desconozco es si pueden evitar la hechura de las frases.

    MR G

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  4. ¿Cada uno sus propias palabras? Qué quilombo.

    El lenguaje es una construcción colectiva, lo que podemos hacer con él es otra cosa. La palabra nos preexiste, llegamos y nos hacemos en oposición a lo que nos rodea. Tal vez sólo por eso, los lugares comunes nos muestran vulgares.

    Pero a veces, no hay otra cosa. Es un refugio ante el desconcierto que genera mi falta de imaginación. Mi instinto de supervivencia me estaca en esos lugares. Ni digo, ni muestro, sobrevivo.

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